Pastorcico, non te aduermas, que mal se repastan las ovejas. Son muy malas de guardar tienenme desatinado. Cuido que me han de matar, o me mienten mis ovejas. Y yo triste, decansado, no las puedo repastar. Perderás más lo lo servido si de mirallas t'alejas. Porque estás adormecido, Zagal, hágote saber que si las dejas perder yo te cuento por perdido. Ya no me puedo apartar de guardar estas ovejas. No las quiero yo dejar no consiento ni es razón; Que si pena el corazón, descanso con las mirar.