Decidme, pues sospirastes, caballero, que gocéis ¿quién es la qeu más queréis! Lástima tan lastimera ¿para qué la preguntáis pues que sabéis que me dais mayor mal por que más muera? Quien yo quiero que me quiera, vos, señora, lo sabéis; y mas no me preguntéis. En preguntaros, señor, yo no creo haber errado qu'en veros apasionado hube de vos gran dolor Si padecéis mal de amor, ¡así della vos gocéis! Que vos no me lo neguéis. ¡Oh señora, y que lindeza la de quien me cativó, sino que se me tornó para mí toda en crueza! Es tanta su gentileza, que vos mesma la amaréis y a mí no me culpareis. No neguéis vuestra fatiga a quien os busca consuelo, pues de vuestro mal me duelo sepa quien es vuestra amiga, que más parece enemiga esa por quien padecéis, pues que vos no la vencéis. Obedecer y serviros es lo que yo más deseo, que lo sepáis bien lo creo mas mi mal quiero deciros los tormentos y sospiros de la pena en que me veís remediar vos lo podéis. Remediar ha vuestra pena si decís penaros yo, pues el amor os prendió el quitará cadena. Sabed que ya soy agena vos de mí más no curéis que mal remedio tenéis.