1. Recibe, oh Dios eterno, la hostia inmaculada que luego a Ti inmolada Va a ser en este altar. Con ella te pedimos que aceptes nuestros dones, son fieles corazones que a Ti sólo han de amar. 2. En esta augusta mesa repártese clemente, el Cordero inocente que por su grey murió. Con sólo su Palabra trueca en su Sangre el vino y en su Cuerpo divino el pan que se ofreció. (bis) 3. Por Él, amante Padre, tu justo enojo calma, prepáranos el alma con flores de virtud. Que viene a visitarla el Hijo de tu seno; que viene de amor lleno, a dársenos, Jesús. (bis)