Por su pinta poeta de gorri?n con gomina, por su voz que es un gato sobre ocultos platillos, los enigmas del vino le acarician los ojos y un dolor le perfuma la solapa y los astros. Grita el ?guila taura que se posa en sus dedos convocando a los hijos en la cresta del sue?o: ?a llorar como el viento, con las l?grimas altas!, ?a cantar como el pueblo, por milonga y por llanto! Del brazo de un arc?ngel y un malandra se van con sus anteojos de dos charcos, a ver por qui?n se afligen las glicinas, Pichuco de los puentes en silencio. Por gracia de morir todas las noches jam?s le viene justa muerte alguna, jam?s le quedan flojas las estrellas, Pichuco de la misa en los mercados. ?De qu? Shakespeare lunfardo se ha escapado este hombre que un f?sforo ha visto la tormenta crecida, que camina derecho por atriles torcidos, que organiza glorietas para perros sin luna? No habr? nunca un porte?o tan baqueano del alba, con sus ?rboles tristes que se caen de parado. ?Qui?n repite esta raza, esta raza de uno, pero, qui?n la repite con trabajos y todo? Por una aristocracia arrabalera, tan s?lo ha sido flaco con ?l mismo. Tambi?n el tiempo es gordo, y no parece, Pichuco de las manos como patios. Y ahora que las aguas van m?s calmas y adentro de su fueye cantan pibes, recuerde y sue?e y viva, gordo lindo, amado por nosotros. Por nosotros.