¿A quién debo yo llamar vida mía, sino a ti, Virgen María? Todos te de ben servir, virgen y madre de Dios, que siempre ruegas por nos y tu nos haces vevir. Nunca me verán decir vida mía sino a tí, Virgen María. Duélete, Virgen, de mi, mira bien nusetro dolor, que'este mundo pedcador no puede vevir sin ti. No llamo desque nací vida mía, sino a tí, Virgen María. Tanta fue tu perfección y de tanto merecer que de ti quiso nacer quien fue nuestra redención. No hay otra consolación, vida mia, sino a ti, Virgen María. El tesoro divinal en tu vientre se encerró tan precioso que libró todo el linaje humanal. ¿A quién quejaré mi mal, vida mía, sino a tí, Virgen María? Tú sellaste nuestra fe con el sello de la cruz; tu pariste nuestra luz, Dios de ti nacido fue. Nunca, jamás llamaré vida mía, sino a ti, Virgen María. ¡Oh clara virginidad fuente de toda virtud, no ceses de dar salud a toda la cristiandad! No pedimos piedad, vida mía, sino a ti, Virgen María.