Señora de hermosura, por quien yo espero perderme, ¿Qué haré para valerme de este mal que tanto dura? Vuestra vista me causó un dolor cual no pensáis que si no me remedíais moriré cuidado yo. Yo creo que mejor fuera el morir cuando nací, que no que siempre dijera por venceros me vencí. Y si vuestra hermosura procura siempre perderme, no pienso poder valerme de este mal que tanto dura. Que si vuestra hermosura del todo quiere perderme, no podré triste valerme de este mal que tanto dura.